Y así nacieron los Coffeemonsters. Desde entonces ha dibujado más de 500 de estas simpáticas criaturas, muchas de ellas acompañadas de un breve texto que las describe o cuenta algo sobre ellas. Su técnica es echar el café sobre el papel, dejarlo secar entre 4 y 6 horas, y luego sacar lápices y rotuladores para dibujar el monstruo que surge de la mancha. Un poco a lo test de Roscharch pero de buen rollo.
Stefan vende los originales, reproducciones en series limitadas, y sobre camisetas, fundas para móviles, etc. Incluso hay un libro, The Coffeemonsters Book, que en su momento sacó a través de Kickstarter pero que ahora está disponible en Amazon
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