Erase una vez un músico, y una escalera.
Un albañil, a pleno sol, construyo la escalera, que luego fue usada por millones de personas y solo cobro una vez pos su trabajo.
A su jefe le ocurrió lo mismo, por supervisar ese trabajo solo cobro una vez, cuando la obra que el supervisó estaba siendo usada por millones de personas.
Un arquitecto que diseño los planos de la escalera sufrió la misma suerte y solo cobro una vez por su trabajo, que sin embargo sigue siendo usado por millones de personas.
Todas las personas que intervinieron en el diseño y construcción de esa escalera, que usan millones , cobraron una vez por su trabajo.
El músico escribió una bonita melodía, que fue oída por millones de personas y se hizo millonario, y aun hoy sigue cobrando cada vez que una persona escucha su melodía.
No contento con eso el músico pretende cobrar de personas que ni siguieran están interesadas en escuchar su melodía. Incluso si eres sordo tendrás que pagar por no escuchar su melodía y si eres ciego pagarás por no ver sus actuaciones.
La escuches o no la escuches, lo veas o no lo veas, pagaras por ello.
Pero no se te ocurra verlo u oírlo sin pagar, porque entonces iras a la cárcel.
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